domingo, 16 de noviembre de 2008

Para mi estrella favotira

-Tienes que perseguirla cuando es de noche- le dijo el abuelo a su pequeño nieto, ese alegre niño de cabello obscuro siempre preguntando y revolviendo el presente, ¿Por qué abuelo? Era lo que le escuchaba decir más frecuentemente, -las tienes que perseguir de noche para poder ve la luz que emanan de su diminuto cuerpo, pues en el día las luciérnagas son como cualquier otro insecto- contesto a su pequeño nieto.

-Abuelo cuéntame de nuevo la historia de la luciérnaga, anda la quiero escuchar una vez más para poder ir a cazar luciérnagas contigo-.

Cuenta la historia que la luciérnagas eran un insecto como cualquier otro, que andaba de aquí para haya buscando su lugar, pues no se sentía de ninguna parte, un día estaba mirando al cielo envidiando el brillo de las estrellas y la luz que emitían, cuando de pronto vio como una de ellas se desprendía del firmamento desplomándose sobre la tierra.

La estrella callo muy cerca de donde la luciérnagas se encontraba, pobre estrella, estaba tan triste llorando por que se acababa de caer de su mundo, y en la tierra todo le parecía tan raro y diferente, no supo que hacer con tanto desconcierto y se puso a llorar, con tal tristeza, que la luciérnaga tomo valor para acercarse a ella.

No le fue fácil aproximarse al astro, sobre todo por que era alguien muy diferente y especial, venía del cielo, -haya las cosas deben de ser muy diferentes-, pensó la pequeña luciérnaga, -uno nunca sabe que sorpresas se puede llevar con las estrellas-, sin embargo había algo en le triste llanto de la estrella que terminó por convencerla de acercarse un poco.

Con pequeños pasos pero con mucha firmeza, el pequeño insecto se acerco a la estrella y le pregunto ¿Qué te paso estrellita, por qué te caíste del firmamento? ,En eso secándose las lágrimas y un poco confundida, la estrella busco al dueño de la voz que la estaba llamando, hasta encontrar a la pequeña luciérnaga parada a su lado, -pues que me caí, otra estrella desconsiderada me aventó del firmamento y vine a dar aquí, ¿tú sabes como puedo regresar? Por que este lugar me da miedo.

-No te preocupes, nadie te hará daño, además yo te puedo hacer compañía mientras encuentra como regresar a tu casa, por que no se como subir al firmamento-, le contesto la luciérnaga, y la estrella volvió a llorar pero ahora un poco más quedo y menos triste, -vamos hay que buscar a alguien que nos pueda ayudar y ya no llores estrella, te ayudare a regresar a tu casa- dijo la luciérnaga, así que la estrella se levanto sobándose después del duro golpe y emprendieron el camino.

¿Cómo regresar una estrella al firmamento, menudo problema no crees?, le dijo el abuelo al pequeño niño de ojos curiosos, que en ese momento se encontraba muy atento a las palabras de su abuelo.

Como regresar la estrella al firmamento pensaba la luciérnaga, con una resortera, una gran catapulta, ninguna opción le pareció viable así que decidió ir con el gran búho, era un animal misterioso, tenía más años de los que alguien pudiera recordar pero siempre tenía alguna solución para los problemas difíciles y este era uno de los grandes.

Caminaron por un muy largo rato, hasta llegar a un árbol que parecía estar ahí desde que la tierra comenzó a girar, la luciérnaga voló alrededor del árbol hasta encontrar al búho, estaba parado en una rama contemplando el hermoso cielo estrellado que les regalaba esa noche, le hablo muy quedo, por que has de saber que a los búhos no se les puede molestar así nada más, preguntando ¿señor búho podría atenderme esta noche, tengo un problema y necesito su consejo?

-Habla- le dijo el búho, con sus penetrantes ojos sobre el pequeño insecto, -que no le quedan mucha horas a la noche y mi estadía en este rama será corta ya- así que la luciérnaga se apresuro en hablar –hay una estrella que se cayo del firmamento y quiere regresar ¿Cómo regreso una estrella al cielo?

El búho quedo serio por largo rato, mirando la estrella que se encontraba al pie del árbol,-hay una manera, justo antes de que el sol aparezca en el horizonte, el último suspiro de la luna recorre la tierra como viento dulce antes del amanecer y se pierde en el firmamento, la estrella debe buscar la montaña más alta para poder recibir con más fuerza el aliento de la luna y así viajar en el hasta llegar de nuevo a su hogar-.

La luciérnaga agradeció al búho y regreso con la estrella para contarle el plan, entonces las estrella recordó el aliento del que hablaba, por ser justo antes de amanecer era frío, muchas veces ella sintió es último suspiro de la luna, pero era su única forma de regresar, así que la estrella y la luciérnaga buscaron la montaña más alta y comenzaron a subir.

Al estar en la cima la estrella agradeció por toda su ayuda a la pequeña luciérnaga y como un regalo le dio un trozo de su brillo, para que ella fuera una estrella terrestre y se distinguiera de los de más animales, además así siempre recordarían que ella ayudo a una estrella, el cuerpo de la luciérnaga comenzó a emitir una luz, pequeña pero intensa, de repente llego el aliento gélido de la luna y la estrella empezó a desplazarse, todo fue tan rápido que en un momento la luciérnaga vio a su amiga la estrella brillando en el firmamento y el brillo era igual al de su cuerpo.

Desde entonces las luciérnagas brillan igual que las estrellas.

Ahora niño curioso duerme y mañana por la noche saldremos a perseguir luciérnagas, dijo el abuelo.

1 comentario:

Srita. Diabla dijo...

anda calhu, que chido
me gusto¡¡¡¡