Sentí que me cortabas las alas, con tus comentarios bien intencionados a cerca de mi futuro, créeme que no te preocupa tanto como a mi. ¿Qué voy hacer con lo que sigue en mi vida? Aún no lo se, pero no me trates como una niña de ocho años a la que puedes manipular a tu antojo.
Y no es que presuma de madurez, pero ya no quiero estar bajo tu tutela, no te has dado cuenta que la perdiste desde varios años. Lo que haga con este el tiempo que tengo de vida es un problema que yo tengo que resolver.
No me subestimes, acaso no sabes la clase de mujer que soy, no he sido yo por mucho tiempo tu paño de lágrimas y quién escucha tus quejas. Ahora vienes a tratar de atar mis alas e intentar con comentarios irónicos que regrese a donde me costo tanto trabajo salir.
Sabes lo que quiero, encontrar un lugar a donde pueda decir que realmente pertenezco.
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