miércoles, 3 de octubre de 2007

Para los días de Abril

Llegaste así de repente y sin aviso con una amplia sonrisa y tu cabello despeinado, no te esperaba en este momento de mi vida, tampoco te imaginaba, eres viento fresco, mujer con aire de despiste y mirada luminosa. Revolviste mis ideas, los cimientos de esta vida monótona y carente comenzaron a temblar.

Me faltabas tu para completar la sonrisa de mi cara, desvanecida con el paso de las horas del reloj colgado en la pared justo a la derecha de mi conciencia. Te quiero sin decirlo pues aun no es el momento de gritar le al mundo lo que encierran estas letras.

Tu me miras desde afuera, como expectora de una vida un tanto ajena un tanto propia, encerrado en mi burbuja me escapo de repente para construir momentos de intercambios de amores inconclusos y frases entre dichas en la espera del futuro un tanto incierto.

P.D. pero no temas estas palabras no son mías, sino de otro corazón

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